Sabías que...
Después de la Segunda República, y hasta los años setenta, en España las mujeres tenían que pedir permiso a su marido para poder trabajar, cobrar su salario, ejercer el comercio, abrir cuentas corrientes en bancos, sacar su pasaporte, el carnet de conducir... Por el contrario, el marido podía disponer de los bienes comunes sin el consentimiento de su esposa, con la sola excepción de los inmuebles y establecimientos mercantiles.
La mujer no tenía capacidad de decisión sobre los hijos hasta que muriese el padre e, incluso, hasta el año 1970, éste podía darlos en adopción sin el consentimiento de la madre.
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