Kartika Seri Dewi Sukarno, de 32 años y madre de dos hijos, había sido detenida en 2007 por consumir alcohol en una sala de fiestas con unas amigas.
Las autoridades malasias han puesto hoy en libertad a la modelo musulmana condenada a recibir seis azotes por haber bebido una cerveza, poco después de que ésta se entregara a la policia. El jefe del Departamento de Asuntos Islámicos del estado de Pahang ha informado de que la mujer ha sido trasladada de nuevo a su domicilio y de que el castigo no va a ser aplicado, aunque no ha facilitado detalles sobre la toma de esta decisión de última hora.
Kartika Seri Dewi Sukarno, de 32 años y madre de dos hijos, es la segunda mujer malasia que es condenada a esa pena, aunque iba a ser la primera en recibirla.
El tribunal informó la pasada semana que Kartika sería azotada cualquier día de esta semana en una prisión próxima a Kuala Lumpur.
La pesadilla de Kartika, comenzó el 11 de diciembre de 2007, cuando asistió a una sala fiestas junto a varias amigas en un hotel de Pahang, donde la Policía la detuvo por beber una cerveza.
La pasada semana, Kartika declaró a la prensa local que deseaba que el castigo le fuera aplicado lo antes posible para poder rehacer su vida junto a su familia, e incluso pidió que los latigazos le fueran dados en público, a lo que las autoridades se han negado.
Las autoridades malasias han puesto hoy en libertad a la modelo musulmana condenada a recibir seis azotes por haber bebido una cerveza, poco después de que ésta se entregara a la policia. El jefe del Departamento de Asuntos Islámicos del estado de Pahang ha informado de que la mujer ha sido trasladada de nuevo a su domicilio y de que el castigo no va a ser aplicado, aunque no ha facilitado detalles sobre la toma de esta decisión de última hora.
Kartika Seri Dewi Sukarno, de 32 años y madre de dos hijos, es la segunda mujer malasia que es condenada a esa pena, aunque iba a ser la primera en recibirla.
El tribunal informó la pasada semana que Kartika sería azotada cualquier día de esta semana en una prisión próxima a Kuala Lumpur.
La pesadilla de Kartika, comenzó el 11 de diciembre de 2007, cuando asistió a una sala fiestas junto a varias amigas en un hotel de Pahang, donde la Policía la detuvo por beber una cerveza.
La pasada semana, Kartika declaró a la prensa local que deseaba que el castigo le fuera aplicado lo antes posible para poder rehacer su vida junto a su familia, e incluso pidió que los latigazos le fueran dados en público, a lo que las autoridades se han negado.
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