Brecha digital es una expresión que hace referencia a la diferencia socioeconómica entre aquellas comunidades que tienen accesibilidad a Internet y aquellas que no, aunque tales desigualdades también se pueden referir a todas las nuevas tecnologías de la información (TIC), como el ordenador personal, la telefonía móvil, la banda ancha y otros dispositivos.
La brecha digital de género hace referencia a la distinta posición en la que podemos encontrar a las mujeres y a los hombres tanto en el acceso a Internet y las nuevas tecnologías (primera brecha digital) como en los usos, su intensidad y las habilidades para ello (segunda brecha digital).
Desde la Cumbre de Lisboa del año 2000 los gobiernos de los países miembros de la Unión Europea persiguen el objetivo de la inclusión digital como uno de los factores clave para convertir a la UE en el área más competitiva del mundo; sin embargo, tomando como indicador el número de personas usuarias de Internet en Europa, pese a constatarse una tendencia general al progresivo incremento, las mujeres europeas se encuentran diez puntos por debajo de la media masculina y además esta brecha digital de género no sólo no disminuye sino que continúa ampliándose debido a la combinación de la posición inicial de desventaja femenina y el mayor aumento del uso por parte de los hombres, ampliándose la brecha cuanto mayor es la desventaja inicial.
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